2 de octubre de 2011

Mercedes Sosa


Año 1977 la negra se graba unas cuantas zambitas y algunas chacareras de Don Atahualpa.
Creo que de alguna manera a los músicos cuentan con una suerte de magia, una vida eterna, algo que trasciende en otros niveles muchisimo mas místicos de lo que podríamos llegar a imaginar.
Vibran en una frecuencia única que no proscribe nunca, y por eso me fascinan, especialmente aquellos que de su cuerpo hacen al instrumento y son interpretes de si mismos, haciendo del canto de una zamba una pena desentrañada por el alma.
De Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanki para toda la humanidá toda, para el aire, para el amor y pa las penas.




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